Después de más de 20 días sin publicar nada, por fin he tenido tiempo de para ello. Tal vez debía hacer un propósito como los de año nuevo, por lo menos escribir un post a la semana. Es un algo que debía hacer por que tod@s vostr@s os lo merecéis por estar leyendo estas entradas.

Esta semana estuve unos día en Madrid por temas de trabajo, asistí a la feria Fruit Attraction 2012. Salí de Alicante el martes a media mañana, para llegar por la tarde a IFEMA y montar el stand de la empresa y el de la Asociación de Productores y Comercializadores de Granada de Elche, puesto que esa noche no tenia con quien quedar, puesto que fui solo, se me ocurrió darle un toque a Pakus, futuro bloguero.
Quedamos el martes 23 a cenar, me dio una dirección C/Fernandez de la Hoz, 53 esquina con C/Bretón de los Herreros, llegue sobre las 21:30.

Habíamos quedado en «La gabinoteca», local que me aseguró que me iba a encantar y a sorprender.
Tras encontrarme con Paco en la calle, pasamos a la barra, a esperar a que llegase su pareja, Monica.
En este local no hacen reservas y no te sientan en la mesa hasta que todos los comensales están juntos, de esta forma se aprovechan al máximo los múltiples espacios y rincones de los que disponen para degustar su carta.
Es un local distribuido en 2 alturas, con la cocina abierta a la barra. Cada mesa es diferente, cada silla es diferente dando al restaurante un ambiente divertido, hay mesas empotradas en la pared, una mesa que es un telesilla, pupitres, sofás, en definitiva una decoración distendida y creando cientos de ambientes diferentes.

Estuvimos en la barra charlando, poniéndonos al día de mil cosas, si hablamos por las redes sociales pero no es lo mismo. Tras un rato de charla agradable nos trajeron una croqueta de jamón cortesía de la casa, mmmm una auténtica delicia, para ir abriendo boca.

Ya en la mesa, nos tocó una mesa alta con taburetes bajo la escalera. Dejé que Paco y Monica me guiaran por la carta, que es a base de tapas.
lo único que decidí yo fue el vino. Para ello tienes que hacer un pequeño test (en plan juego) que tras diversas preguntas te guia a un vino recomendado según tú personalidad y una explicación del mismo, llegamos a un Ribera del Duero llamado Nuestro 12 meses,   no lo conocíamos nadie pero lo pedimos y fue un acierto total.

Empezamos con un foie servido como crema catalana y burrata rellena.

La presentación está muy cuidada, es divertida y además está todo riquísimo  como buenos gastrofrikis que somos en vez de preguntar que era el relleno del queso íbamos intentando adivinar los ingredientes.

Continuamos con una tapa de vieras plancha con pimientos confitadisimos.

Es una combinación terramar estupenda, delicada y con un sabor indescriptible.

Tras ese deleite, continuamos con «El Potito» (huevo, patata y trufa), la recomendación de la camarera fue abrir el bote y meter la nariz para apreciar los aromas de la trufa, y así hice wooow que sensación tan maravillosa, tras remover pude probar una combinación melosa riquísima  no apta para aquellos que no les gusta las tortillas poco hechas.

Para acabar con las entradas, trajeron un «gofre de patata con un mundillo de cositas», un gofre hecho con patatas fritas, en el que cada agujero estaba relleno con diferentes ingredientes, morcilla, bacon, tomate frito, ajoaceite… Fue divertido probar las diferentes combinaciones, las patatas me recordaron a las que hacen en Portugal en el «Bacalhau a bras»

Para terminar un «Taco de lubina a la sal», servido en una caja de madera con un pincel para romper la costra de sal y limpiar el pescado, y un cuenco de ceviche por si queríamos aliñar lubina.
Que perfección de elaboración, tras romper la costra pudimos retirar de una manera sencilla la piel del pescado, quedando la carne blanca a la luz. Al meterlo en la boca se deshacía y si lo aliñabas había una explosión sabor. La salsa estaba tan rica que acabamos con ella a base de pan.

Por fin de postre, tras mucho preguntar nos decantamos por «Crema de queso que aprendí en el restaurante Arzak…. y me enamoró» si todo esto es el nombre del plato, divertido no? y de nuevo un acierto, que suavidad, perfecta en su punto de dulzor decorada con pequeñas virutas de queso.

Sin lugar a dudas me encantaría volver y es un restaurante para recomendar, ya que está a unos precios asequibles, teniendo en cuenta la gran calidad y lo divertido que es comer allí.

Gracias Paco por enseñarme un local de este calibre, desbordante de originalidad. Y sobre todo gracias por una velada tan agradable.

Unas imágenes de la noche y del local, la ultima imagen es el lavabo del baño, original y divertido hasta en el aseo.