Vinos y frutas: sabores inseparables

Según la Ley 24/2003, de 10 de julio, de la Viña y del Vino, el vino se define como un “alimento natural obtenido exclusivamente por fermentación alcohólica, total o parcial, de uva fresca, estrujada o no, o de mosto de uva”. Teniendo esto en cuenta, solo podemos considerar vino a aquella bebida obtenida a partir de la uva de la especie “Vitis vinifera”, que no se consideran frutas a efectos de esta normativa.

Sin embargo, a la hora de la cata, sí que podemos apreciar una relación entre las frutas y el vino. En los vinos tintos, por ejemplo, son habituales las notas a frutas rojas o frutas negras, mientras que en los vinos blancos son más comunes los matices a frutas cítricas o frutas tropicales. 

¿Puede elaborarse vino con frutas?

Si bien como hemos comentado anteriormente, estrictamente solo podemos considerar vino a la bebida elaborada a partir de la uva, el mercado actual de vinos online también incluye bebidas elaboradas a partir de otras frutas fermentadas, etiquetadas habitualmente como “vino de frutas”. 

La producción de estos vinos de frutas es típica de países cuya climatología no es propicia para el cultivo de la vid, ya sea por resultar demasiado frío, como ocurre en los países nórdicos o Norteamérica, o demasiado caluroso, como en África. 

Ante la ausencia de la materia prima necesaria para elaborar vino, en estas regiones se usaron otras bayas de fruta como alternativa, a las que solía añadirse endulzantes como la miel o el azúcar. Además, potenciar el sabor de las frutas, al añadir azúcar a estas bebidas también se consigue incrementar su graduación alcohólica, consiguiendo un nivel similar al del vino. En otros casos también se añade agua para equilibrar la acidez de las frutas.

Vinos con frutas tradicionales

¿Te gustaría descubrir cuáles son las frutas para hacer vinos más habituales? Las frutas tropicales, como la piña, son una de las categorías estrella si hablamos de vinos y frutas. En África o en zonas como Canarias también es típico el vino de plátano. Las frutas rojas, como las fresas o las frambuesas, también son opciones magníficas como frutas para vino. 

La manzana también ocupa un lugar protagonista dentro del mundo del vino y las frutas. La sidra, obtenida a partir de la fermentación del zumo de manzana, es una bebida muy popular en la región norte de España y en general, en los países del norte de Europa, donde también existe una larga tradición en el cultivo de esta fruta.

Dentro de los vinos con frutas tradicionales que ofrece el mercado internacional también merecen una mención especial el vino de ciruelas, muy popular en Japón y China, o el vino de cerezas conocido como “Cherry Heering”, típico de Dinamarca.