Blog de recetas, restaruantes y noticicias en Alicante

El Jabalí estancado en los 80

Introducción

ensalada+de+queso.jpeg
Unos fines de semana atrás vinieron mis padres a visitarnos, ellos viven en Castellón, decidí buscar un restaurante diferente de la zona al que no hubiésemos ido.
Este restaurante francés  me lo habían recomendado, entre en Internet y leí criticas muy positivas así que reservé para ir a comer el Domingo.
El Jabalí, está situado en la Avda. de Alicante 38 en San Juan de Alicante, en una antigua casa  de las de toda la vida, cuenta con un gran jardín en el que se puede comer y parking.. Abrió sus puertas en 1972.

Como hacía buen tiempo nos pusieron en el jardín, estábamos prácticamente solos 4 mesas y nosotros, así que la tranquilidad era máxima.
Decidimos probar el menú degustación, pensamos que así podríamos probar un poco de todo y hacernos un idea general de la cocina.

Consista en :

Olivas y canapés
Paté de campaña
Ensalada de queso de cabra caliente
Mejillones rellenos
Aumoniere de salmón con mango
Vol au vent de pollo con nata y champiñones
Crêpe rellena de bechamel, jamón, champiñones y queso
Pincho de pollo especiado y guarnición
Pincho de pato con melocotón y guarnición
Café y licor

Las olivas y canapés no tardaron en llegar, los canapés eran triángulos de pan de molde con queso fresco por encima, muy tristes, la cosa empezaba bien. (no hice foto)
El paté de campaña estaba bueno y estaba servido sobre un lecho de lechuga iceberg en juliana (tampoco hay foto pero os lo podéis imaginar), el paté rico servido con más pan de molde tostado. Triste, triste paté.
La ensalada de queso daba penita si no mira:
Este plato era para los cuatro, snif snif.
Tras esperas casi 20 minutos para que nos trajeran los Mejillones rellenos (que al final fueron gratinados ya que no les quedaban rellenos) y el Aumoniere (no tenia ni idea que era eso y son unos saquitos de pasta filio) de salmón con mango.
Decorado con un montoncito de lechuga juliana, no os parece original?

 Estaban los dos platos buenos pero la decoración y la presentación de los platos dejaban que desear, con lo que habían tardado en servirlos ya podían estar mejor presentados. La crema de mango junto con el saquito de salomón conjugaban muy bien.
Se llevaban los platos con los montoncitos de lechuga….

Tras otros 20 minutos de espera trajeron los siguientes: era turno de las natas, Vol au vent de pollo con nata y champiñones y Crêpe rellena de bechamel, jamón, champiñones y queso


Has visto que se esconde tras el Vol au vent?

De nuevo la presentación triste de los platos, estos no nos llamaron la atención por su sabor estaban comibles y punto.

Tras volverse a llevar los montoncitos de lechuga, solo nos quedaban los pinchos, entonces tuvimos que esperar otros 15 ó 20 minutos, menos mal que quedaba alguna oliva y vino (pedimos un Protos Roble, nunca falla).
Por fin llegaron los pinchos, cuando vimos los platos se nos calló el alma al suelo no podía faltar esa lechuguita, y todos comentábamos lo mismo, «este restaurante se quedo estancado en los años 70-80»

Los pinchos de sabor estaban ricos, bueno el de pato un poco seco, pero al juntarlo con el melocotón ganaba esa jugosidad perdida en la plancha, por exceso de cocción.

Como podéis ver la presentación de los platos deja mucho que desear, y ninguno de los platos nos conmovió especialmente, hasta que llegaron los postres, la tarta de manzana es una auténtica delicia y los crêrpes estaban rellenos de chocolate amargo, cosa que nos gustó mucho.

echamos en falta esa lechuguita……

El precio del menú son 25 €.
Servicio. Lento pero amables
Comida: Normal sin complicaciones
Local: Tranquilo y limpio.
Precio: Adecuado.

Quedamos un poco decepcionados pero gratamente sorprendidos por esa deliciosa tarta.
Al llegar a casa hablando con un vecino francés, me comentó que lo que se come muy bueno allí es el Cous-cous, queda pendiente para próximas citas.

Si vas al Restaurante El Jabalí recuerda reservar un Cous-cous (ya que solo lo hacen por encargo) y pedir de postre esa tarta de manzana.

Carlos Sáez

Carlos Sáez

Apasionado del mundo de la gastronomía, cocinero aficionado, algunos dicen que bloguero gastronómico. Cocinar con una copa de vino uno de los mayores placeres de la vida.
Me gusta el bádminton, salir a patinar.

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